Aumenta la tensión política en torno a la ley estatutaria de la JEP
Con polémica y fuerza, la paz retornó a la primera plana de la agenda nacional, creando nuevos desencuentros políticos que podrían tener consecuencias negativas para el Gobierno.
Todavía se sienten remezones de las objeciones del presidente Iván Duque a la ley estatutaria de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Mientras el Congreso las estudia y las debate, el entorno político continúa exacerbado, incluso, con cruces de mensajes entre Patricia Linares, presidenta de la JEP, y el senador del Centro Democrático, Álvaro Uribe.
Y, como si fuera poco, Santos adelantó apartes de su libro “La batalla por la paz”, en el que da detalles del proceso con menciones al expresidente Uribe, quien no tardó en reaccionar y señalar a Santos de mentiroso y traidor.
A raíz de esta coyuntura, el uribismo ha incrementado su posición crítica no solo frente al funcionamiento de la JEP, sino que revivió viejas discusiones sobre el Acuerdo de paz firmado con las Farc.
El país se prepara para una nueva contienda electoral, esta vez en las regiones, donde la gente se conecta con discursos emotivos y con sentimientos de indignación, que los puede motivar a llegar a las urnas, una estrategia que al uribismo ya ha dado triunfos electorales, como incluso lo reconoció en su momento el exsenador Juan Carlos Vélez, quien reconoció que la estrategia era que la gente votara “verraca”.
Una de las asignaturas pendientes del gobierno de Duque es mejorar sus relaciones con el Congreso y que sus proyectos sean aprobados. Sin embargo, hasta el momento el Ejecutivo cuenta con cuatro bancadas, dos grandes (CD y Conservador) y dos con menor influencia (Mira y Colombia Justa Libres).
La oposición con el Polo y la Alianza Verde a la cabeza, hace férrea defensa del Acuerdo de paz, el Partido Liberal ha sido crítico y ha culpado al uribismo de propiciar la polarización, mientras que otras bancadas mayoritarias como Cambio Radical y el Partido de la U, están divididos, es decir, tampoco puede el gobierno hacer cuentas con sus votos.
“Todo este debate inútil de la JEP va a afectar las relaciones del Gobierno con el Congreso. Y digo inútil porque esto no tiene solución buena para el Gobierno. Hay un riesgo de perder las objeciones y sería una derrota para ellos. Ojalá Duque se dedique a gobernar y no a mirar hacia atrás en este pantano ideológico que no tiene justificación”, comentó Barreras.
Holguín concluyó que no pretende afectar a Duque. “Lo he repetido: la única responsable por las vallas y sus mensajes soy yo. Esta es una oportunidad de oro para hacer modificaciones necesarias para una paz que de verdad sea para todos, que les dé garantías a víctimas y hasta victimarios. Porque si los victimarios no tienen un mínimo de justicia, voy a dedicar hasta el último día de mi vida para llevarlos a comparecer ante la Corte Penal Internacional”
La discusión si las posturas uribistas dividen a la opinión pública está vigente. Paola Holguín, senadora del Centro Democrático, considera que “al país lo polarizaron quienes pretendieron dividir a Colombia entre amigos de la paz y amigos de la guerra, quienes buscaron revictimizar a las víctimas para proteger la impunidad de los victimarios”.
Diferente piensa Jorge Robledo, senador del Polo Democrático. “Hay un truco electoral: llenar de rabia, que nos tratemos como perros y gatos y dividirnos. Son trucos de la polarización, basta con que uno empuje para que genere una reacción en cadena”, dijo.
Para Roy Barreras, senador del Partido de la U, el uribismo sí está polarizando. “La diferencia entre el Centro Democrático en oposición y hoy como partido de gobierno, es que no puede arrastrar hacia la polarización al presidente Duque y eso está ocurriendo. La bandera contra el Acuerdo fue muy exitosa en el plebiscito, en la campaña presidencial y quizás piensen que será exitosa en la campaña regional de octubre”, señaló.
Twitter:@notillano Web:notillano.con (Juan Camilo Montoya) –El Colombiano-