Unos 800 venezolanos atrapados en frontera con Colombia al volver a su país
Cúcuta.(EFE).- Atrapados en cercanías del puente internacional Simón Bolívar, principal paso fronterizo entre Colombia y Venezuela, permanecen unos 800 inmigrantes venezolanos que intentan regresar a su país presionados por la crisis económica causada por el coronavirus.
La situación es «humanitariamente compleja» en Cúcuta y la zona de La Parada, un caserío en el lado colombiano del puente Simón Bolívar, donde se ha ido acumulando la multitud de retornados, afirma Víctor Bautista, secretario de Frontera y Cooperación Internacional de la Gobernación de Norte de Santander, departamento limítrofe con el estado venezolano del Táchira.
Las autoridades venezolanas solo permiten el ingreso diario al país de 300 de sus ciudadanos, disposición que agrava la situación de decenas de familias que en medio de la incertidumbre esperan en plena calle en La Parada, con el consiguiente riesgo de contraer COVID-19.
Amontonados en la zona, en el lado colombiano del puente Simón Bolívar, los venezolanos, muchos de ellos incluso sin mascarilla, siguen llegando a La Parada procedentes de distintos lugares de Colombia e incluso de otros países suramericanos.
Todos se vieron obligados a regresar a Venezuela luego de perder sus fuentes de ingresos por la cuarentena para contener la pandemia, lo que los dejó en una situación de mayor vulnerabilidad, pero el régimen de Nicolás Maduro limita la cantidad de sus ciudadanos que pueden entrar diariamente por los pasos fronterizos con Colombia. «Me parece una humillación y un atropello a los derechos de las personas porque quiero entrar a mi país, al país que me vio nacer, al país que hasta algún momento de mi vida me sacó adelante. Ahora no me lo permiten, ¿por qué? Enfermo no estoy», dijo José Orlando Montoya, un venezolano de 20 años.
La crisis sanitaria dejó sin trabajo a Montoya, que se ganaba la vida desde hace tres años en Chile como barbero y camarero, y lo obligó a emprender un viaje de 22 días por cuatro países suramericanos en autobús, camión y a pie, a pesar de las restricciones de movilidad por el COVID-19, con la intención de llegar al Táchira, donde vive su madre.
«Llevo cuatro días esperando para entrar a Venezuela y las autoridades no me lo permiten. Para comer he tenido que hacer trueque con las pocas pertenencias que me quedan», denunció Montoya.EFE