Errores al utilizar los tapabocas de tela
Las mascarillas de tela, son objetos que han sido utilizados en situaciones concretas, como al pintar las paredes de la casa por ejemplo o salir a pasear al aire libre en primavera, para reducir el impacto de factores externos en la salud, como el olor de la pintura de pared o el polen que flota en el ambiente.
Es cierto que no funcionan como un escudo protector al cien por cien en cualquier escenario, hagamos lo que hagamos, pero los escenarios previamente mencionados sí han resultado ser de ayuda, cuando se tienen en cuenta algunas consideraciones.
Es primordial saberlas utilizar correctamente y, sobre todo, conocer y evitar errores que pueden impedir que cumplan su cometido y que pongan en riesgo la salud. Para ello, a continuación detallaremos más acerca de las mascarillas de tela y los errores más comunes al utilizarlas.
Las mascarillas de tela pueden estar elaboradas con distintos textiles. Sin embargo, el algodón y las telas antifluido (que son impermeables, resistentes y bastante resistentes en líneas generales) son los más elegidos. Sobre todo el algodón, pues es el tipo de tela que tiende a afectar menos la transpiración de la piel y se adapta y fija bien a la forma del rostro.
Conocer las características del material y la zona donde va a estar en contacto constante durante varias horas es crucial para saber qué tipo de consideraciones hay que tener en cuenta, reseña mejorconsalud.
Según el tipo de tela, será más adecuado lavar la mascarilla a una temperatura u otra, o utilizar un jabón en concreto.
El tipo de tela también proporciona pistas valiosas sobre cómo reaccionará la piel En este sentido, no hay que asumir que en todo caso la piel se adaptará favorablemente a cualquier producto, bien sea una mascarilla de tela, una crema o un protector solar. Hay que recordar que según el tipo de piel, convendrá más elegir unos productos que otros.
Errores al utilizar las mascarillas de tela
Veamos ahora cuáles son algunos de los errores al utilizar las mascarillas de tela más comunes.
1. Asumir que son aptas para todos
Un error común sobre el uso de mascarillas de tela es pensar que son aptas para todos, sin excepción. Pues bien, en una de sus publicaciones recientes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades advierten que hay casos en los que se deben evitar estas cubiertas. Estos incluyen:
Niños menores de 2 años.
Personas con problemas respiratorios.
Pacientes en estado de inconsciencia.
2. Creer que brindan protección total
No es correcto pensar que las mascarillas de tela impiden completamente que los fluidos que salen expulsados por la nariz y la boca al hablar, toser, etc., vayan a parar a otras personas o superficies a una distancia corta.
Tampoco es correcto pensar que «protegen» de los gérmenes y los agentes patógenos que otras personas expulsen a través de las gotas de Flügge. Porque en realidad, lo que hacen es intentar impedir que las nuestras vayan a parar a todas partes y perjudiquen a otras personas.
Llegado a este punto, hay que aclarar que tampoco es correcto pensar que las mascarillas de tela tienen la misma eficacia que las mascarillas de uso médico. Por ello, al usar mascarillas de tela no hay que confiarse y dejarse llevar por la falsa sensación de seguridad, sino mantener la higiene y las pautas necesarias para hacer el mejor uso posible de ellas.
Personas incapacitadas o que, por algún motivo, no puedan quitarse la mascarilla sin ayuda.
3. Dejar de lavarse las manos y reducir el distanciamiento social
Por todo lo anterior, es un error pensar que el solo hecho de usar una mascarilla ya brinda «protección» contra todo. Asimismo es un error pensar que como se lleva una mascarilla de tela, ya no hace falta cumplir otros protocolos, como el lavado de manos o la distancia social.
Justamente, debido a que estas mascarillas –por el material con que están elaboradas– son insuficientes para evitar la propagación de las gotas de Flügge, se hace necesario mantener medidas como el lavado constante de las manos y el distanciamiento social.
4. Cubrirse solo la boca
Cubrirse solo la boca es, sin duda, uno de los errores más comunes al utilizar mascarillas de tela. Las personas –por comodidad– se cubren solo la boca y dejan al descubierto la nariz, sin tener en cuenta que ¡así no sirve de nada!
La cuestión es muy sencilla: hay que colocarse las mascarillas correctamente para que las gotas de Flügge no salgan expulsadas y perjudiquen a otras personas. No son bufandas, ni cubrebocas, ni accesorios de moda. Son elementos para proteger a otros de lo que nosotros podamos llevar y que sea potencialmente perjudicial.
5. No lavar las mascarillas de tela tras usarlas
Si bien no es necesario desechar las mascarillas de tela, es primordial lavarlas muy bien siempre, después de cada uso. Aunque a simple vista parezcan «limpias» y no huelan mal o tengas manchas evidentes, eso no quiere decir que estén limpias y sean seguras para usarlas una próxima vez.
Por todo ello, otro error común es usar las mascarillas varias veces seguidas, sin antes lavarlas.
Como mencionábamos anteriormente, según el tipo de tela, habrá que colocar el agua a una determinada temperatura u otra, así como utilizar un tipo de jabón concreto para lograr la mejor desinfección posible. Luego, se deben dejar secando al aire.
No es recomendable prescindir del lavado con agua y jabón y el secado al aire. Por otra parte, meter una mascarilla de tela al microondas o al horno»para que se desinfecte», aparte de que puede generar un accidente doméstico, no da garantía de desinfección completa.
6. No lavarse las manos antes y después de usar las mascarillas
Si bien ya comentamos al principio del artículo, es importante mantener el lavado constante de manos al usar cualquier tipo de mascarilla, incluyendo las de tela. En especial, antes de colocarlas y después de haberlas retirado.
Recordemos que este elemento no está exento de contener una gran cantidad de patógenos, al igual que las propias manos, por lo que no está de más lavarse las manos.
7. Tocar la mascarilla constantemente o quitar y ponérsela en la calle
Lo ideal es colocarse la mascarilla en casa, con las manos previamente lavadas con agua y jabón, y no volverla a tocar más (a menos que se cumpla el protocolo de lavado de manos).
Intentar ajustarla en la calle, después de que hemos tocado varias cosas no es seguro, con ello solo conseguiremos llevar los gérmenes y demás microorganismos a la mascarilla. Tampoco es seguro ponérsela, quitársela y volvérsela a poner por ratos en la calle, mientras paseamos o hacemos cualquier otra cosa.
Errores al utilizar las mascarillas de tela: ¿qué debe quedar claro?
Cometer errores al utilizar mascarillas de tela reduce su eficacia y pone en riesgo tanto la salud propia como la de los demás, por ello resulta imprescindible hacer un buen uso de ellas y mantener siempre un buen protocolo de higiene.
Una vez más, hay que recordar que, aunque una mascarilla de tela pueda ser útil en una situación puntual, eso no es garantía de que es un «escudo protector» contra todo tipo de cuestiones, en cualquier escenario.
YS