Hospital de Villavicencio donde el personal médico y enfermeras se sacrifican día y noche para salvar vidas
“En la cama y en la cárcel se conoce al que es amigo”, dice una sentencia muy popular.
Esa es una realidad, porque cuando se está en prisión responsable o no de un delito, la vida cambia para todos, es decir para el sindicado, la familia y la sociedad.
Y cuando se trata de una enfermedad, no podemos solamente implorarle a Dios la ayuda, sino que debemos recurrir a los médicos y demás personal que se dedica a salvar vidas.
Por ello se aconseja la visita, así sea una vez al año, a una cárcel y a un centro asistencial.
Por ejemplo en el Hospital de Villavicencio el trajín es continuo, se trabaja arduamente las 24 horas del día. No hay un minuto de descanso, todo es dedicación, esfuerzo, sacrificio y angustia.
Llegan los enfermos con un ataque al corazón, con fuertes dolores de cabeza, peritonitis, apendicitis, tuberculosis, cáncer, coma diabético, o cualquier otro malestar, cuando no se trata de una o varias puñaladas, uno, dos tres, o más tiros, o cualquier otra emergencia que obliga la inmediata atención.
El enfermo con intenso dolor, la familia plena de angustia, los médicos atareados atendiendo en la mejor forma posible.
Y ahora con el coronavirus, sin las suficientes camas hospitalarias ni las salas de Unidades de Cuidados Intensivos que se requieren, busca la manera de conectar un ventilador, de intubar a un enfermo de covid 19, a un niño en estado delicado porque se comió una moneda, quien se encuentra en grave estado de desnutrición, a punto de morir de inanición porque sus padres no tiene dinero para darle los nutrientes necesarios.
El médico, la enfermera, el auxiliar, el camillero, el conductor de la ambulancia, hasta la señora de oficios varios, todos sin excepción se mueven para salvar vidas y ahora con esta pandemia, la situación es supremamente grave, porque nuestros hospitales no están bien alimentados económicamente, porque los recursos que se deben dedicar a la salud, educación, vivienda, y servicios públicos, se los roban los picaros de alto turmequé, señalaron integrantes de uno de los sindicatos existentes en el centro asistencial de Villavicencio, repleto de enfermos, y que en varias ocasiones ha sido intervenido, debido precisamente al proceder irregular y a los actos indecorosos de gerentes inescrupulosos, a quienes se les inicia la investigación, pero al final no se sabe cómo termina, salvándose del carcelazo, pero con el dinero que ilícitamente se embolsillaron.
En los hospitales y clínicas están las gentes que entregan su vida para salvar la nuestra, y a quienes debemos agradecer los favores que nos dispensan, señalaron al Noticiero del Llano pacientes que se encontraban en una de los pasillos la espera de una cama, cuando llegamos los periodistas del Noticiero del Llano, pero que fueron atendidos con diligencia, pese a las afugias vividas, a las incomodidades existentes, a la carencia de elementos necesarios para aplicar y en algunos casos, casi en la mayoría, mal remunerados.
Twitter:@notillano Web:notillano.com (AA)