Hagamos un monumento como homenaje a los ladrones de alto coturno
Por Alcides Antonio Jáuregui Bautista
Múltiples son los problemas que afronta el pueblo colombiano.
Uno de los mayores tiene que ver con el desempleo, lo que origina que el cincuenta y uno por ciento se encuentre en la informalidad, conforme las estadísticas del Dane.
Pero a lo anterior se suma la violencia con las masacres, asesinato de líderes sociales y la corrupción que se da campante, y que sigue sin control, porque el gobierno no ha sido capaz de poner freno a los actos desmedidos de los antisociales, casi todos metidos en el mundo de la política, investidos en altos cargos como empleados de la mayor “solvencia”, y con gran influencia como contratistas, que se quedan con los dineros del Estado sin cumplir los compromisos adquiridos, como ha ocurrido con el Programa de Alimentación Escolar; el servicio auspiciado por el Ministerio de la TIC a cargo de la doctor Abudine, Electrificadora del Caribe; la compra de almojabanas de nueve mil quinientos cada una; el contrato, aquí en Villavicencio del Ancianato del Yarí, lo que se han robado durante la pandemia y otros negociados que supuestamente están investigados.
¿Cuántos miles de millones de pesos en vías que no se han terminado; en colegios que no se han construido, en hospitales que sigue en obra negra, en escenarios deportivos que son un monumento a la desidia?
Los hampones de alto coturno siguen en la misma tarea y el pobre pueblo pagando impuestos para que uno pocos pícaros se roben el valor de los tributos.
Qué pecado. Propiciemos un monumento a los ladrones de fina estampa.