Sufrí mucho con el coronavirus, pero los médicos salvaron mi vida, señala un paciente

Fausto Rodríguez Torres vivió intensamente el dolor, sufrió en cuidados intensivos, pero los médicos lo reanimaron y volvió a vivir.

Tal es el testimonio de este ciudadano de 43 años de edad, padre de tres hijos y quien se desempeña como comerciante desde hace  21 años.

En su  relato  al  Noticiero del Llano indicó, que  pesaba 76 kilos y que  ahora  solo tiene 59, pero  feliz  al lado  de  sus  esposa  y  sus niños  de 8, 11 y 13 años  de  edad, dos mujeres y un hombre, quienes  estudian  en  establecimientos púbicos.

Trabajé  desde las  seis  de la mañana  y las  siete  de la noche   tomé  la cena  en mi  casa.  Me sentí mal y mi esposa me dijo,  es  una gripa, tómese  estas  pastillas y las pasé  con limonada  caliente.

A las  cinco de la mañana  del  día  siguiente me empezó  cogestión nasal. Dolor de  cabeza y en el cuerpo.

Repetí  la dosis. Pero dos  horas  después  tenía calentura o  fiebre  a 39 puntos,  que marcaba termómetro. Me asusté  fui a una droguería  y me recomendaron ir  al médico. Le conté lo  que me pasaba y de inmediato  fui a parar  a la clínica. El diagnóstico  fue claro: covid 19.

Allí me intubaron y boca abajo permanecí  unos quince días sin noción del tiempo, sin saber que me pasaba, alejando de  mi  familia y con la  visión  borrosa solo miraba  la figura  de médicos y enfermeras.

Estaba muerto y en el salón había otros  pacientes, pero no alcanzaba  a escuchar lo que  sucedía en mi entorno.

Cuando   estaba medio  repuesto,  y pude comer,  no le tomaba  sabor a los alimentos,  había  perdido el olfato y el  gusto.

Permanecí otros nueve  días  en la clínica, y tengo un mes  de  estar  en  recuperación,  pero  me siento  débil.

Creo  que fallé  al no  vacunarme y al no acudir oportunamente  al médico.

Pero gracias  a Dios   estoy  vivo.  Quiero  expresar  por  intermedio del  Noticiero del Llano mi  agradecimiento  a los medios,  enfermeras, camilleros, conductores y  demás personal de  Servimédicos por la  atención que me prodigaron.

Es de anotar  que  la persona  que nos  concedió  las  declaraciones no quiso que divulgáramos  su nombre, ni admitió que la grabación fuera  difundida, y respetuosos con su voluntad, así se procede, suministrando una identificación ficticia.

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