El sistema inmunológico podría verse afectado por las olas de calor
El cambio climático podría estar cocinando un coctel fatal para nuestros sistemas inmunológicos: las olas de calor disimnuirían la eficiencia de nuestros mecanismos de defensa y, además, las altas temperaturas propagarían las plagas que transmiten la gripe común o influenza.
Las olas de calor pueden reducir la respuesta inmune del cuerpo a la gripe, según una nueva investigación en ratones de la Universidad de Tokio, en Japón. Los resultados tienen implicaciones sobre cómo el cambio climático puede afectar al futuro de las vacunas y la nutrición.
Se predice que el cambio climático reducirá los rendimientos de los cultivos y el valor nutricional, además de ampliar los rangos de insectos que se propagan por la enfermedad. Sin embargo, no se habían estudiado anteriormente los efectos de las olas de calor sobre la inmunidad a la influenza.
El profesor asociado de la Universidad de Tokio, Takeshi Ichinohe, y el estudiante de doctorado de tercer año, Miyu Moriyama, investigaron cómo las altas temperaturas afectan a los ratones infectados con el virus de la influenza. "La gripe es una enfermedad de la temporada de invierno. Creo que esta es la razón por la que nadie más ha evaluado cómo las altas temperaturas afectan a la gripe", plantea Ichinohe.
En 2018, Japón vivió uno de los años más dramáticos en términos ambientales: "más de 200 personas perdieron la vida, se destruyeron o inundaron unas 10.000 viviendas y se produjo una intensa ola de calor", informó la ONU.
El virus de la influenza sobrevive mejor en aire seco y frío, por lo que generalmente infecta a más personas en invierno. Sin embargo, Ichinohe está interesado en cómo responde el cuerpo después de la infección. Los científicos alojaron a ratones hembras adultas jóvenes y saludables, ya sea a temperatura de frío de refrigerador (4 grados Celsius), temperatura ambiente (22 grados C) o temperatura de la ola de calor (36 grados C).
Cuando se infectó con la gripe, el sistema inmunológico de los ratones en las salas calientes no respondió con eficacia. La mayor parte afectada por la condición de mucho calor fue un paso crítico entre el sistema inmunológico que reconoce el virus de la gripe y el montaje de una respuesta adaptativa específica.
De lo contrario, los roedores expuestos al calor no tuvieron otros cambios significativos en su sistema inmunológico: presentaron reacciones normales a las vacunas contra la gripe inyectadas debajo de la piel. Además, las bacterias que viven en el intestino, que cada vez se consideran más importantes para la salud, se mantuvieron normales en los animales que estaban en cuartos calientes.
Fuente: El espectador