Historia de vida: lo que puede hacer un campesino cuando tiene acceso a la tierra
Hace 17 años, Harol Flórez, un campesino afrodescendiente de 49 años, llegó a Cubarral, Meta, huyendo de la violencia en Cáceres (Antioquia).
Eso después de la muerte de tres hermanos.
“El miedo, la angustia y la incertidumbre de salir de la tierra donde nací, y ofrecerle seguridad y protección a mi familia, me llevaron hasta los llanos orientales, una tierra que ha significado esperanza”, comenta Harol.
Con el paso de los meses, otras familias desplazadas desde diferentes lugares del país llegaron a Cubarral.
Estas familias tenían algo en común: todos eran campesinos que se dedicaban a sembrar, cultivar y vender los alimentos.
Ahora en Cubarral, sin tierra y con muchas necesidades, debían encontrar la forma de producir al menos los alimentos que necesitaban para vivir.
Harol decidió conformar la Corporación Afrocolombianos de Cubarral para el Desarrollo Social y Cultural – AFROCUB.
Reunió a 70 familias afrodescendientes que varios meses después lograron reunir el dinero y arrendaron un pedazo de tierra en el que actualmente persisten con cultivos en los que no aplican agroinsumos.
“En nuestras raíces, en nuestra cultura nos enseñaron a trabajar la agricultura, sobre todo cultivar de forma orgánica, dejando que se recupere la tierra y teniendo alimentos cero químicos para una vida duradera”, explica Harol.
Las familias instalaron un invernadero y comenzaron a cultivar hortalizas en grupos en los que participan abuelos, padres, hijos y nietos.
En el invernadero tienen tomate, cebolla, cúrcuma, plátano y yuca.
Esta iniciativa hace parte de la Red de Abastecimiento de Alimentos del Meta, que se desarrolla en convenio entre la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y Ecopetrol. AFROCUB es uno de los proveedores del casino de Ecopetrol.