Incierta la situación para el periodismo de la provincia
Cada semestre, éste puede ser la excepción, decenas de periodistas y comunicadores sociales salen al mercado del trabajo.
Señalan que son cuarenta y ocho las universidades donde se dictan clases de periodismo y comunicación social, y que el promedio si la enseñanza es presencial, es de cinco millones de pesos semestrales, sabiendo de antemano que solo se trabaja en cuatro meses.
Pero como si esto fuera poco, en la mayoría de las Alma Mater se le hacen adiciones económicas, y con los gastos que representa un alumno en la universidad, resulta imposible para un padre de familia con uno, dos tres, o cuatro salarios mínimos que no de sus hijos sea periodista…
Pero termina exitosamente la carrera, y empieza el calvario para lograr empleo, ya que empresas como El Tiempo, la Revista Semana, El Universal, Vanguardia Liberal, noticieros nacionales y locales han reducido el personal, rebajado los sueldos y cerrándose las fuentes de trabajo.
Si aspira a crear un noticiero local, en cualquiera de las capitales, debe pagar a una emisora entre dos, tres o cuatro millones de pesos como arriendo durante una hora de cincuenta y cinco minutos diarios, de lunes a viernes, debe contratar dos periodistas que la colaboren y si quiere establecerse con oficina, póngale un millón de pesos más para la renta.
A lo anterior se suma que las empresas nacionales como los bancos, almacenes de cadena, institutos descentralizados, etc. solo contratan publicidad con las cadenas y para complemento, los monopolios como Caracol y RCN ha arrendado o comprado las estaciones radiales de las localidades, dejando sin empleo a decenas de personas, como ha ocurrido en Villavicencio con la Voz del Llano, Calor Stereo, Radio Macarena, Oxigeno, La Nueve, la Super Estación, entre otras.
En esta época de coronavirus se ha complicado la vida de los periodistas, porque salvo los que trabajan con cadenas, pasan toda clase de necesidades, ya que están a punto de acabar con éstos medios, reducir las emisiones y endeudarse, ya que como ha ocurrido en el Meta, los gobiernos se han negado a otorgar publicidad, aduciendo situación de anormalidad, y por esa circunstancia la opinión pública queda sin voceros regionales, ya que tienen que someterse a la información que se produce en Bogotá.
El Noticiero del Llano que tiene 59 años de fundado, ha tenido que hacer entrega del local donde funcionaba hace varios años, reducir personal y obtener créditos a costoso valor, para medio subsistir.
En las mismas condiciones están otros noticieros y emisoras, especialmente las comunitarias, y todos los medios que no tienen dependencia política o de patrocinadores con determinadas exigencias.
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