Murió Miguel Ortiz Castillo, y se fue en búsqueda de la Justicia Social, en el más allá
Una falla en el miocardio acabó con su vida y con su esperanza.
“Voy a vivir este próximo año para sentir el afecto de un pueblo por Colombia, que sabrá escoger una mejor vida”.
Así se expresó solo hace un par de semana Miguel Ortiz Castillo, un hombre sencillo que se metió por curiosidad en el mundo de la política, cumplió parte de sus sueños, pero salió derrotado en su aspiraciones de cambio para una Colombia mejor.
Tomando café, en la esquina de la calle 38 con carrera 33, donde solía reunirse con sus amigos, leyendo El Aguijón y riéndose de la picaresca, Miguel Ortiz Castillo, nos relataba porque ahora estaba comprometido con la Colombia Humana y quería poner a funcionar la maquinara litográfica, para dar a la luz un periódico que circularía semanalmente, con información sobre el acaecer político y la denuncia acerca de hechos que generan la atención ciudadana, pero mostrando que los actos de corrupción se dan silvestres, y muchas ves pasan desapercibidos, y los denunciados terminan sin castigo.
“He luchado, pero no he sido el más afortunado políticamente, peo no ha estado en las roscas ni me he matriculado en la escuela de la deshonestidad”, dijo, cuando le interrogamos sobre por qué habiendo trajinado antes que quienes están en las mejores condiciones, él seguía casi quebrada a pesar del trabajo que permanentemente ejecutaba.
Una falla en el corazón, dio por terminada su existencia y culminaron sus sueños por el cambio social. Un abrazo para su familia y paz en la tumba de un hombre que fiel a sus principios y dejó su ejemplo como herencia.
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