Sobre el verdadero acontecer en la cárcel de Villavicencio, reporte doloroso de los internos
No todo lo que se dice de la cárcel de Villavicencio se ciñe a la verdad, señalaron internos del penal.
Manifestaron que allí, las condiciones siempre señalan dificultades, ya que el hacinamiento ha sido creciente, hasta incluso superar el ciento por ciento.
“Las quejas, denuncias, reclamaciones y peticiones formuladas en todas las formas ante las autoridades, han resultado infructuosas y no solo ha sido el hacinamiento, sino también la falta de asistencia médica y las condiciones del establecimiento, donde muchos de los internos tienen que vivir y dormir en infrahumanas condiciones.
Después de lo ocurrido con el coronavirus, con la muerte de algunos de los internos, de la esposa de un guardián y de la lamentable y dolorosa situación que se ha registrado y obligado la atención gubernamental, reconociendo que ni la Ministra de Justicia, ni el encargado de la salud en Colombia han hecho algo positivo, ya que ni médicos, ni enfermeras, ni medicinas, pero si promesas y manifestaciones donde destacan lo que no han hecho, para que la sociedad los admire”.
“La verdad, indicaron, es que incluso en Villavicencio estuvo el señor Ministro de Salud y nunca apareció por aquí, y nosotros lo estábamos esperando para que nos ayudara, pero nada de nada, y ahora se anunció el traslado, porque hay una carpa en los patios con 20 camas, pero sin dotación, y sin los elementos para atender a los enfermos”. El mejor curativo contra el coronavirus ha sido con Aspirina, Acetaminofen, jengibre, yerbabuena, pronto alivio y agua de panela con limón, elementos que nos han regalado, por petición de los guardianes, gentes de buena voluntad, que llegan a la cárcel preocupados por nuestra salud”, apuntaron los presos, que en dos patios, el Colombia y Santander, se mantienen esperando cumplir la condena y salir para una nueva vida.
Son 1.770 los internos, unos en los patios de la referencia, otros en el pabellón de las mujeres, y un buen número, 95 que son trasladados al antiguo ancianato El Yari, ahora acondicionado para que estén en mejores condiciones.
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