Universidades advierten sobre un deterioro silencioso en ríos del Meta
La Universidad Nacional dice que en los ecosistemas acuáticos del Meta, bacterias, microalgas, mosquitos y libélulas están revelando un deterioro silencioso.
Investigadores encontraron que estos organismos funcionan como bioindicadores fundamentales para monitorear la calidad del agua, y alertan sobre los efectos de la contaminación por pesticidas, la reducción del caudal y otras presiones humanas sobre los ríos y lagunas del departamento.
Investigadores de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), la Universidad de los Llanos (Unillanos) y la Universidad Santo Tomás (USTA) advierten que factores como la contaminación por pesticidas, la extracción de materiales y la disminución del caudal están alterando profundamente la biodiversidad de ríos y lagunas, afectando organismos fundamentales en la cadena alimentaria.
Para evaluar este deterioro, los científicos se enfocaron en comunidades de perifiton (bacterias, hongos, microalgas y protozoos adheridos a superficies sumergidas) y macroinvertebrados bentónicos (como larvas de mosquitos, escarabajos, libélulas, caracoles y lombrices acuáticas), que funcionan como bioindicadores.
En el río Orotoy, por ejemplo, mosquitos enanos fueron abundantes y se asociaron con una mejor calidad del agua.
Actividades humanas como la agricultura intensiva, los vertimientos domésticos y la minería han alterado la fotosíntesis de las microalgas afectando el perifiton y reduciendo la capacidad de las bacterias para procesar nutrientes y degradar materia orgánica, lo cual provoca desequilibrios en los ciclos bio-geoquímicos y afecta directamente la calidad del agua.
“La reducción del caudal impacta a los organismos microscópicos, y con ellos a los peces, aves y mamíferos como las nutrias, hasta llegar al ser humano”, señala Fabián Moreno Rodríguez, magíster en Gestión Ambiental Sostenible de Unillanos y candidato a Doctor en Biología de la Universidad Nacional.