La confusa politiquería que vive la nación, la real situación de los colombianos, las falsas promesas al pueblo, y todo el meollo de mentirosas actuaciones
Todo en el mundo de la política se torna confuso, por la cantidad de intereses que se juegan, ya que cada uno de los personajes quiere mantener primacía y coronar su objetivo.
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Pretenden con su poder, tomarlo todo y no dan puntada sin dedal, porque lo que importa es su propio beneficio, dejando de lado los llamados compromisos adquiridos.
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De ahí que ahora, cuando están en el churubito, es decir ungiendo en los cargos, unos como concejales, otros diputados, los más representantes y senadores, también los alcaldes y gobernadores y hasta los ayudantes de todos estos, ahora enaltecidos personajes.
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A ellos se les olvida la condición que tenían cuando se iniciaron en esta vida política, la forma como arañaban la aspiración, se reunían con el pueblo, visitaban las redacciones para dialogar con los periodistas y pedirles el favor que le dieran vitrina para lograr los votos en la elección que estaba próxima.
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Ya eso pasó. Ahora ni siquiera van a los barrios, a las veredas, a los campos, a los municipios y permanecen en las capitales donde ejercen, y con su poder determinan, y se muestran, pero a quien les conviene.
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Ahora no voltean a mirar al elector, salvo algunas excepciones y con su nuevo mundo, en la mayoría de los casos con el dinero suficiente y la representación, señalan un nuevo derrotero para escalar nuevas posiciones y agrandar su vida y gestionar lo que más sea de su conveniencia.-
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En otras palabras ya no necesitan de Juan Pueblo, ni de Pedro Bimbas, ni el José Dolores. Ellos utilizan con su medio económico las redes sociales mentirosas que los alaban, que los endiosan, que los ubican donde quieren y de esta manera se corona, tal como era su cometido.
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Pero todo en la vida se paga, y como la ley de la compensación existe, con el correr de los días, meses, años, así como viene ocurriendo, la torta se puede cambiar, la situación puede modificarse, las cosas se pueden arreglar y todo ese mundo pleno de satisfacciones, placeres y cosas buenas, se convierten en tormento, dolor, tragedia, incertidumbre y todos los males que se les puede acarrear a quienes obraron inconsecuentemente.
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De tal manera que el palo no está para cucharas y a cada marrano gordo le llega su sábado.
La alegría puede tornarse en tristeza, la riqueza en pobreza y esa pretensión en humildad, porque nada escapa a la ley de Dios, y el que la hace la paga, pero de verdad, no como dice nuestro presidente hoy, y mañana obra, de manera diferente.
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A propósito el señor Presidente de Colombia, Iván Duque cuando estaba en el Senado, manifestó en reiteradas ocasiones, y están los testimonios y videos, que el Jefe de Estado debe guardar compostura, respetar al poder judicial y someterse a las decisiones, entre otras, de la Corte Suprema de Justicia, del Consejo de Estado, etc., pero está actuando de manera diferente, porque interviene políticamente en favor de quienes apoyan al expresidente Uribe.
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Una cosa es el grado de amistad que se tenga y otra muy diferente, el respeto que un mandatario de su categoría debe tener con la Constitución Nacional, la Carta magna que está por encima de cualquier consideración.
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No se puede desconocer que Iván Duque llegó a la Presidencia por influencia directa de Álvaro Uribe Vélez, y que logró la mayoría de votos, en reñida competencia con Gustavo Petro, quien entre otras cosas obtuvo más de ocho millones de sufragios, no por él, como algunos predican, sino porque no estaban los electores de acuerdo con el Presidente eterno, es decir con Alvaro.
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Esa es una gran verdad y sin desconocer que Uribe Vélez es el varón de la política colombiana, tiene en el seno del Centro Democrático a personajes que en lugar de poner le quitan, como por ejemplo a las señoras Cabal y Paloma, quienes cada vez que hablan la embarran, por su fanatismo, falta de coherencia en sus expresiones, apasionamiento maligno y desconocimiento de la realidad .
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Los extremos son viciosos y por eso en materia política los Colombianos estamos de capa caída, ilusionados en el cambio que no llega, en las modificaciones prometidas, en la aplicación de la Justicia Social que resulta esquiva, porque 49 familias tienen el poder político y económico y hacen lo que les viene en gana, para que cada día los ricos sean más ricos y los pobres más pobres.
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Los redentores se llenan y se olvidan del conglomerado, y hasta se aprovechan de la pandemia para robar, como lo vienen haciendo algunos de estos lastres que se desempeñan en Alcaldías y Gobernaciones que están en la mira de la Procuraduría, Fiscalía y Contraloría, porque son pícaros de nacimiento, ladrones de alto coturno, bandidos metidos a la administración pública.
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Los partidos políticos, casi sin excepción están minados, muchos funcionarios corrompidos, mandos militares contaminados, policías cuestionados, periodistas comprometidos con actos indecorosos, justicia señalada de vendida, por la actuación de los togados que incumplieron su sagrado compromiso, y así sucesivamente.-
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El camino es culebrero, no sabemos para donde vamos, pero sí de dónde venimos, en razón de lo cual debemos, desde ya, mostrar nuestra participación para no seguir engañados, y demostrar que la voluntad popular prima sobre la conducta de los inmorales.
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Para la muestra un botón: están a punto de nombrar Defensor del Pueblo y en la terna figuran, no quienes en verdad deben estar por conocimiento, capacidad, responsabilidad, honorabilidad y compromiso.
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Como la tajada burocrática es grande, y son miles de empleos, ya se dijo cuál va a ser el ungido, el que llegará para complacer los apetitos electoreros de quienes lo eligen. No se diga más, porque es pecado.
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Lo mismo ocurrirá contra el Contralor General de la Nación, porque aquí se acomodan las cosas al vaivén los beneficios que se reportan.
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Y todas las noches seguiremos viendo en la pantalla chica a nuestro Presidente con sus acólitos, diciéndonos cuantos son los contagiados, cuantos se han curado, también los muertos, y manifestando que quedan camas para más enfermos, con el alto costo que cada perorata representa para los colombianos, ya que dicen los que saben sobre la materia, que pagando a las estaciones de televisión como RCN y Caracol se han gastado más de seis mil millones de pesos, que son el fruto de los impuestos que cada día con mayor vehemencia exige el señor Alberto Carrasquilla, el de los Fondos de Agua, que le permitieron enriquecerse y sigue tan campante como alcabalero de este gobierno que orgullosamente pregona que Iván Duque ha cumplido, si cumplido años, porque celebró hace días otro de feliz existencia.
Aquí decimos lo que sabemos y sabemos lo que decimos.
El Noticiero del Llano, donde vale más una gota de verdad que un océano de mentiras.