La política gubernamental arruina a los agricultores del Ariari y de Colombia
Cada día es más difícil la situación de quienes cultivan la tierra, dijo Eudoro Alvarez Cohecha.
Quien también ha estado metido en los vericuetos de la política, pero que conoce con amplitud la agricultura, se quejó de la actuación del Estado, que desatiende el clamor de los campesinos.
En diálogo con periodistas del Noticiero del Llano, Alvarez señaló que hace poco más de dos años, siendo ministro de agricultura del anterior gobierno el actual gobernador del Meta, se vivió una situación similar, cuando exactamente lo mismo de hoy, se tuvo que recurrir a acciones desesperadas como las descritas, ante la crisis de precios de la valiosa euforbiácea. Vigorosas y numerosas protestas de los cultivadores hicieron que se asignaran entonces recursos que en algo aliviaron la situación.
Veamos un ejemplo, dijo “con el plátano hartón, cultivo insignia del Ariari, estamos llegando a situaciones parecidas a las de la papa y la yuca. Parece que las crisis se volvieron endémicas en estos cultivos; en tanto, se continúa trayendo papa del extranjero, con tantos subsidios que queda imposible a nuestros campesinos competir contra chequeras tan poderosas como la europea. La dificultad se potencializa porque la pandemia actual agrava la situación, pues los colombianos pobres que son la mayoría de la población, según el DANE, solo están consumiendo dos alimentos al día y seguramente muchos tan solo lo hacen una sola vez, resultante de lo cual alimentos como los que analizamos, paradójicamente, están sobrando en medio de un país hambriento.
Pero el desbarajuste no para ahí; mientras a los productores se les paga a cien pesos la libra (un bulto de 60 libras tan solo se remunera con 6000 pesos) a los consumidores se les cobra, en un fruver de clase media, 750 pesos por la misma unidad de peso. Esta inequitativa distribución, es fruto de una cadena de intermediación absolutamente desproporcionado en favor del comerciante, que no es objeto de ningún tipo de control ni medida que corrija esa aberración, empobreciendo a los campesinos y arruinando a quienes se atreven a ser “héroes” para asegurar la provisión de alimentos de sus compatriotas. A las quiebras y remates de bienes subsiguientes, no es con paños de agua tibia como se les dará la mano a los cultivadores; mínimo un subsidio generalizado para honrar obligaciones bancarias y extra bancarias debería estarse arbitrando a quienes se aventuran en esas sí heroicas actividades”.
Interrogado sobre que deba hacerse, manifestó: “ es procurar, hacer los esfuerzos a garantizar que en medio del desempleo, se asignen recursos a quienes han cesado en su trabajo; hay que meter plata en el bolsillo de la gente y asegurar que el consumo se estimule por esta vía y para ello a más de transferencias económicas directas a la población en general priorizando la vulnerable y a aquella víctima de la pobreza vergonzante, La otra manera debe ser con una efectiva actividad de compras públicas destinada a proveer alimentos a aquellas personas que han suspendido o recortado tan drásticamente su rutina alimentaria”.
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