Las cárceles, entre ellas la de Villavicencio, son un infierno, dicen los internos
Lo que viene ocurriendo en la Cárcel de Villavicencio cada día adquiere nuevos visos y son muy graves.
Pese a las constantes denuncias que hicieron los internos durante muchos años, los pronunciamientos de los sindicatos de los guardias, de los familiares de los presos, de los medios de comunicación, muy poca atención le ha puesto el Estado a la problemática existente.
La cárceles un infierno, han dicho algunos de los internos, aquí no se educa, salvo algunas excepciones, señalan los allí recluidos, asegurado, incluso que muchos aprenden a delinquir en maestría.
Quienes hemos tenido como periodistas la oportunidad de visitar la cárcel de Villavicencio o la penitenciaría de Acacías, para citar dos casos, conocemos lo que en verdad allí ocurre, que allí hay los más tenebrosos criminales, pero también personas inocentes que están esperando la terminación del proceso, o condenados injustamente.
El Estado ha mantenido las cárceles en el abandono, sabe del hacinamiento, de la carencia de agua potable, de celdas cómodas, de la unidad sanitaria, de elementales servicios de agua, sanitarios, baños, lavamanos.
La alimentación es deficiente y no es la mejor. Y si bien el trato, dicen ha mejorado, los internos se quejan del comportamiento de algunos de sus guardianes y la disposición de la administración, lo que debe sumarse la falta de adecuados lugares para el taller de quienes trabajan, de la huerta para los cultivos, de la forma como se cumple la visita conyugal y de la familia y general otras arandelas que tienen pendientes estos establecimientos y que debe resolver el Ministerio de Justicia y el Instituto Nacional de Prisiones, ya que el vicio es notorio, también se ejerce, pese a los controles y para colmo las enfermedades proliferan cada día.
En las cárceles del país la situación es de angustia y por respeto a la dignidad humana debe modificarse, señalaron los internos al Noticiero del Llano.
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