Profesionales de diferentes actividades por falta de empleo son vendedores ambulantes
“Ver para creer”, dijo Santo Tomás de Aquino, y aunque lo veas, no lo creas”, señalaron otros personajes.
La verdad es que muchos profesionales, abogados, médicos, ingenieros, ambientalistas, trabajadoras sociales, administradores de empresas y de otras labores, que han estado durante muchos años estudiando, en el kínder, la primaria, secundaria y la universidad, hoy debido a la carencia de empleo, se han convertido en vendedores ambulantes.
Así lo indicó Jhon Rivera, Presidente del Sindicato Nacional de Vendedores Informales, que tiene seccionales en todo el país, y señala que este gremio independiente es el mayor en el país, porque congrega a millones de personas que viven del rebusque.
El gobierno solo nos tiene en cuenta cuando se aproximan las elecciones y tanto e Presidente, como los congresistas, diputados y concejales están en la puja electoral y nos prometen ayuda en materia de reglamentación de la profesión como buhoneros, se nos ofrece la seguridad social de la cual carecemos, se alude a las fuentes de trabajo, pero todo termina en mentirosas promesas.
En esta pandemia nos ha ido muy mal, porque nos “comemos el plante”, es decir lo que tenemos para comprar y vender, y en nuestros hogares se pasan muchas necesidades, dijo Jhon Rivera.
Destacó que en Villavicencio durante la anterior administración de Wilmar Barbosa se les dejó trabajar, y ahora Felipe Harman también lo ha hecho, pero que algunos abusan de esa condición y ayuda, y entonces se establecen en demasiado espacio público, y para complemento comerciantes formales también ocupan las calles con grandes cantidades de mercancías de sus almacenes y nos echan la culpa de lo que no hecho, aseveró el dirigente gremial.
Relató que muchos han muerto sin asistencia médica y ellos viven del día a día, y afirma que es la necesidad que los obliga a estar en la calle, a incomodar, en ocasiones con sus gritos y sus carretas en los barrios ofreciendo papaya, bananos, manzanas, pescado, naranjas, aguacates y otros productos, que por ejemplo en los grandes almacenes de cadena valen cinco mil pesos, el vendedores ambulante con producto de muy buena calidad, se lo vende en tres mil pesos.
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