Jair Bolsonaro dice no entender cuál es «la preocupación enorme» con el coronavirus
Luego de más de 5 millones y medio de muertes por COVID-19 en el mundo, el presidente de Brasil le sigue bajando la caña a la pandemia.
Las palabras de Jair Bolsonaro llamaron la atención de los medios en Brasil, ya que el virus ha matado a más de 620.000 brasileños desde que empezó la pandemia. El mandatario también volvió a minimizar el número de muertes de niños de entre 5 y 11 años asociadas al COVID-19.
“Hoy, otras enfermedades que matan mucho más que el propia covid y no hay ninguna preocupación con ninguna de ellas. La salud en Brasil siempre fue un caos, ¿por qué ahora esa preocupación enorme con la covid?”, cuestionó el mandatario en una entrevista con Gazeta Brasil, que divulgó en sus redes sociales.
El líder ultraderechista reaccionó así al ser preguntado sobre las posibles nuevas medidas restrictivas que algunos estados brasileños están estudiando ante el rápido avance de la variante ómicron, que ha cuadriplicado los contagios en apenas una semana en el país.
“¿Para qué? ¿Para decir que el gobernador está protegiendo tu vida? Si estuviera preocupado por tu vida, estaría preocupado con otras enfermedades también”, aseveró el gobernante brasileño, uno de los líderes mundiales más negacionistas sobre la gravedad del coronavirus.
“Ómicron no ha matado a nadie. Quien murió en (el estado de) Goiás no fue de ómicron. Ya tenía problemas muy serios, en especial en los pulmones, y acabó falleciendo”, complementó Bolsonaro en alusión a la única muerte registrada hasta el momento por la nueva variante en Brasil, según el Ministerio de Salud.
El jefe de Estado, quien ha censurado el uso de tapabocas y cuestiona la eficacia de las vacunas desde el inicio de la crisis sanitaria, también se hizo eco de estudios que no especificó que indican que la ómicron “es bienvenida” porque “puede indicar el fin de la pandemia”.
En este sentido, Bolsonaro informó que ordenó al ministro de Salud, Marcelo Queiroga, “divulgar” los casos “con efectos colaterales adversos” en Brasil.
“No podemos acobardarnos”, sentenció.